Este libro me estuvo tentando durante meses en la librería que lo descubrí. Pero no lo compraba porque tengo varios libros de Georges Simenon en la gigantesca pila de pendientes. Sin embargo, cuando redujeron el precio a un tercio del que vi por primera vez, decidí que era tiempo de llevármelo.
Maugin es un actor muy famoso de teatro y cine. Cerca de cumplir los sesenta años se mantiene muy activo en ambas actividades. Pero cuando siente molestias en su pecho y acude en secreto a ver al doctor, escucha que su ritmo de vida lo conduce con rapidez hacia la muerte. ¿Qué hacer, si desde muy joven no sabe otra cosa que trabajar hasta el agotamiento?
Su temperamento es hostil y distante, pero con su joven esposa y su pequeña hija intenta presentar otra cara. Oculta a su mujer que el doctor le ha sugerido que disminuya su ritmo de vida. Como es su costumbre, le cuesta mucho trabajo compartir sus debilidades con alguien más. Él es Maugin, el mejor actor de su época.
Los fantasmas del pasado rondan sobre Maugin: una infancia difícil, una juventud llena de privaciones, un hijo que tuvo con una mujer a la que no recuerda cuando la encuentra veinte años después de haberla abandonado. La esposa del actor es una mujer frágil que no sabe cómo hacerlo feliz. Todos creen conocer a Maugin, pero no alcanzan a comprender el torbellino que éste esconde.
Según la nota del libro, Simenon escribió la novela varios años después de haber tenido un accidente. El médico que lo atendió lo diagnosticó en forma equivocada y le dio pocas esperanzas de sobrevivir. La angustia de esa época es quizá la que vemos reflejada en esta novela de ritmo intenso. A Maugin se le va la vida, y no sabe qué hacer para remediarlo.
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