Pese a que soy un gran aficionado al fútbol prefieron no caer en los extremos del fanatismo. La victoria de mi equipo preferido está bien, pero sé que no debo burlarme de los seguidores del equipo contrario porque el fútbol es impredecible, y los resultados de hoy no garantizan las victorias de mañana.
Digo esto porque el sábado pasado la selección de fútbol de la Tierra de collares derrotó a México en un encuentro de las eliminatorias al mundial, para luego caer derrotada el miércoles ante Honduras. Fue sorprendente ver a tantas personas con la camiseta azul, pero creo que pocos comprendieron que obtener dos victorias era bastante difícil.
En lo personal me ha sorprendido que nuestro equipo nacional llegara a la tercera fase de la eliminatoria, donde se disputan tres boletos directos para el mundial de Sudáfrica. La federación y la liga local viven en un desorden permanente, los equipos infantiles y juveniles están muy descuidados. El entrenador nacional ha hecho milagros con el poco material humano que dispone.
Le comentaba a una persona en estos días que tengo muchas esperanzas de que algunos de los muchachos que en este momento juegan en el extranjero se conviertan en las futuras estrellas de la selección. Todo es cuestión que desarrollen su técnica y que no se "endiosen". La historia de nuestro fútbol está plagada de potenciales estrellas que no cuajaron, o que no se sacrificaron lo suficiente en el momento en que debieron brillar y no lo hicieron.
12.6.09
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