¿A quién le gusta el golf?

Confieso que nunca he estado en un campo de golf. Sólo he estado en un par de golfitos. Nunca he tocado una pelota profesional de golf. En marzo pasado el novio de una amiga me explicó la función de cada uno de los palos que componen la bolsa de un golfista. Recordé que en los juegos de computadora los elegía al azar. De ahí que nunca fui bueno en ellos.

No me pregunten por qué, pero resulta que me gusta ver torneos de golf por televisión. También me gustan las películas sobre el tema. Cuando voy a la casa de mis papás y sintonizo en la tele un torneo, ya sea masculino o femenino, me sorprende ver la pericia de los jugadores.

El fin de semana vi la película The greatest game ever played. Relata la historia de Francis Ouimet, el primer golfista aficionado que ganó el Abierto de los Estados Unidos. Derrotó en una ronda adicional de desempate a dos de los mejores jugadores británicos del momento. Su caddie era un niño de diez años, según la película porque no tenía dinero para pagar otro.

Las producciones de Hollywood suelen seguir una línea similar cuando tocan el tema de los deportes: apogeo, caída, redención. Esta película no es una excepción. La actuación de Shia LaBeouf la dota de un toque fresco. Es notable el contraste entre su cara infantil y la de sus rivales británicos. Una buena película para la familia -si es que les gusta el golf, por supuesto.

Hay otra película acerca del golf que me gustó mucho. Se trata de Bobby Jones: stroke of genius. Narra la historia de un famoso jugador que conquistó los cuatro grandes torneos de golf de entonces en el mismo año calendario: los campeonatos abiertos y de aficionados de Estados Unidos y la Gran Bretaña. Una satisfactoria actuación por parte de Jim Caviezel.