El amor en los tiempos del cólera

Siempre que voy al cine a ver una adaptación de un libro conocido tengo mucha ansiedad. A veces son un fiasco, y tenemos que salir a lavarnos la boca con agua y jabón. Pero en esta ocasión, he quedado bastante conforme. El director Mike Newell corrió un gran riesgo, pues la tarea de llevar a la pantalla uno de los libros más famosos de Gabriel García Márquez era difícil.

Salvo la imagen del doctor Juvenal Urbino -estelarizado por Benjamin Bratt-, que en la película aparece como un hombre arrebatado, en lugar del chevalier que conocemos por el libro, el resto de protagónicos se aproxima bastante a la imagen que me había hecho a través de la lectura. Fermina Daza es encarnada por una bellísima Giovanna Mezzogiorno. Me enamoré de ella al mismo tiempo que Florentino Ariza, cuando la vio sentada por primera vez cerca de una ventana.

Hablando de Ariza, quien fue protagonizado en su vida madura por el español Javier Bardem, me quedé sorprendido por la manera en la que el maquillaje lo avejentó hasta convertirlo en un anciano de 73 años. Ariza confió a un amigo que su éxito con las mujeres se debía a que lo veían como un hombre frágil, que no podía lastimarlas.

Junto al trío protagónico trabaja un elenco respetable: Catalina Sandino Moreno como Hildebranda, John Leguizamo como el padre de Fermina, Héctor Elizondo como el tío de Florentino, Angie Cepeda como la viuda Nazaret y Fernanda Montenegro -maravillosa actriz brasileña- como la madre de Florentino. En ciertos momentos críticos de la película se escucha la voz de Shakira, interpretando canciones escritas especialmente para esta adaptación.