Cuaderno solar

Conocí a Nilson Alas hace algunos años, en los Miércoles de poesía de la Peña cultural de los Tacos de Paco. En una de tantas noches lo vi sentado a la misma mesa con William Alfaro. Se convirtió en un adicto a los miércoles.

Algún tiempo después montó una exposición de sus obras de arte en barro, siempre en la Peña cultural. Pintó figuras e imágenes en enormes cazuelas. También supe que era optometrista. De hecho, fue él quien me recetó los lentes que en este momento uso para ver el monitor, mientras escribo esta nota.

Y fue una sorpresa agradable conocer su poesía. En especial la de Cuaderno solar, su primer libro. Nilson es un poeta que habla poco, pues si tiene algo importante que decir lo hace a través de sus poemas. Comparto con ustedes algunos de sus textos:

En el quipu de mis ancestros
la palabra perdura en versos;
los años, en semillas.
Germinan las espigas
y regresan graves las páginas heridas
en clorofila nueva.
Y el color gravitatorio
de las hojas húmedas, rociadas de penumbra,
leves y agitadas,
desata la brea
y la correa de mi caite.

***

La pócima chortí tejerá los gritos
que golpean los recuerdos,
fumará los años,
y la angustia de siglos regresará
a la piel fresca
y sin arrugas.

***

La muerte

Tras la puerta,
se queda sin aliento.
Agazapada, espera, observa,
se acerca sigilosa rasgando la pared.
Mientras, la flor de morro
cuaja la jícara en secreto.

Son poemas sencillos, que Nilson dedica a su natal Chalatenango, el norteño departamento donde vivió sus primeros años. Éste fue uno de los sitios más golpeados por la guerra civil, y los recuerdos a veces son dolorosos. Pero también hay nostalgia por la infancia perdida, el río y la luz del sol en ese rincón de la Tierra de collares.

Enhorabuena a Nilson por su libro. Confío en que nos brindará con más sorpresas en el futuro.