1.3.07

Patrimonio


Una amiga me recomendó los libros de Philip Roth. Me dijo que es uno de los novelistas estadounidenses más importantes de los últimos años. A decir verdad, la semana pasada se supo que Roth obtuvo su tercer premio PEN/Faulkner, que es un galardón muy importante en su país natal.

Patrimonio no es una novela, sino un relato en el que el autor nos muestra parte de su herencia familiar a través del testimonio. Descubrimos en este libro a su padre, a quien le diagnostican un tumor en la base del cráneo a los ochenta y seis años. Conocemos por la pluma de Roth el período en el cual su padre comienza a notar los síntomas de la enfermedad, la que al final le provoca la muerte.

La descripción de los últimos años de Herman Roth se mezclan con anécdotas de su familia: la llegada de sus padres -los abuelos del autor- a los Estados Unidos, las privaciones a las que se vieron sometidos, la discriminación que padecieron debido a que profesaban la religión judía. Los recuerdos son la más importante herencia que Philip Roth recibe de su padre, y este libro se encarga de perpetuarlos.

El hombre que fue Herman Roth vivió muy enfermo sus últimos años. Su hijo recuerda una fotografía en la que se le observaba vigoroso y alegre. Esta imagen estaba muy alejada en el tiempo con la de aquel anciano que, derrumbado en un sillón, con la mitad de la cara paralizada, padeció una última agonía de doce horas.

No esperen encontrar grandes alardes técnicos en este libro. Ésta es una obra de amor, un recuento de memorias, una confesión. Quedo invitando a seguir leyendo a este escritor tan interesante.

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