21.2.06

El fantasma de la Ópera


Me recomendaron esta película hace unos días. No recuerdo si estuvo programada en los circuitos de cines de la Tierra de collares. Pertenece a un género que ha caído en desgracia en nuestro país en los últimos años: el musical.

A decir verdad, algunos amigos que ya había visto esta versión del Fantasma de la ópera me dijeron que les había decepcionado. Quizá se debió a que no están acostumbrados a que algunos diálogos sean reemplazados por canciones. Pero, si nos atenemos a la historia del cine, esta herramienta resulta de lo más común en los musicales.

Aunque un nombre no garantiza la calidad de una película, en este caso la presencia en los créditos del director Joel Schumacher y del compositor Andrew Lloyd Webber eran al menos una promesa de un trabajo profesional. Y así lo fue. La intensidad de la historia fue asociada de manera sobresaliente al cine -en Broadway este musical se presenta en cartelera con mucho éxito-. Me llamó la atención la forma en que la congoja del Fantasma queda plasmada. Su obsesión por Christine lo lleva al borde de la locura. Es para ella quien escribe sus mejores óperas.

Recomiendo esta película para los que aprecian un buen musical. A pesar de que el argumento es archiconocido siempre habrá algún elemento novedoso que aporta un toque de frescura a cada nueva interpretación. En este caso las coreografías, la atinada iluminación y el portentoso Fantasma se convierten en sus principales cartas de presentación.

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