3.6.10

Las cenizas de Gramsci


Me encontré este libro en una venta de ejemplares en rebaja. Todo fue abrirlo y la atracción a primera vista fue inmediata. Fue ya impresionante encontrar un libro de poesía de Pier Paolo Pasolini en una librería de la Tierra de collares. Pero los dejo con una muestra para que ustedes también lo disfruten:

El Apenino.

V.

Bajo sus párpados cerrados Luni
al sereno... y las ciudades
asustadas que el Apenino perfuma

más humanamente con sus setos cincelados,
con las cálidas aradas de la Toscana
a donde más rústicamente ocultas, en Etruria,

las viejas feligresías se alejan
en las alas de las vírgenes, los claros
sonidos del atardecer. Y ella se sacude la cadena

en los surcos seculares, en las venas
del Serchio, del Ombrone,
y detrás de rudos hoyos y de lívidos faros

del alba del Tíber, todavía pagano
bajo la polvareda apenínica... Roma, detrás
de los prados de peonías y ruinas barrocas

y alejandrinos se dora con la luna, y deshechos
barrios irreligiosos donde todo, a excepción del sexo,
se ignora... grutas llenas de chicos y excrementos...

los paseos desde el Pincio al Aventino, las escarpadas
de la expoliación de San Pablo donde las luces
amarillean la cálida atmósfera;

resuenan los pasos que manchan
las húmedas piedras, y la noche romana
se deja oír como una membrana arañada

por un dedo vicioso, se manifiesta más fuerte
el olor de la orina.



VI.

Un ejército acampado a la espera
de hacerse cristiano en la cristiana
ciudad ocupa una marchita extensión

de hierba sucia en el campo encendido;
también él desea descender a las burgueses luces,
espera deseando una humana habitación,

él, ya sea de Cerdeña o de Puglia,
vive dentro de una cochinera,
con la mesa enfangada,

en ciegos lugares, entre iglesias
luminosas del siglo XX y rascacielos.
Bajo sus párpados cerrados este asedio

de millones de almas,
de ingenuos cráneos con el ojo dispuesto
al acuerdo... entre los infectos desperdicios

de los arrabales.

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