6.4.10

The stone diaries


Hace unas semanas le pregunté a una amiga canadiense que me recomendara algunos escritores de su país. Además de la ya conocida Margaret Atwood me dio unos nombres más. Pero una de ellas era su favorita: Carol Shields. En mi vida había escuchado de ella.

Esta escritora nació en los Estados Unidos, aunque luego se mudó a Canadá y obtuvo la ciudadanía. Ahí desarrolló su carrera literaria mientras trabajaba en algunas universidades. Conseguí prestado The stone diaries, libro que le valió el premio Pulitzer y el premio del Gobernador General en Canadá (es el único libro que ha obtenido ambos premios). Es el más famoso de los que escribió y el que ha recibido la mayor cantidad de traducciones.

En alguna ocasión se me ocurrió la idea de escribir una biografía de un personaje ficticio, que apareciera en el libro con fotos de sus diferentes etapas de vida -aunque todo nacido dentro de la ficción- y sus supuestos logros. Pero lo notable de Carol Shields es que su novela desarrolla la vida de una mujer que no tiene nada de extraordinario. Daisy Goodwill nació en 1905, se casó a los 22 años y enviudó rápidamente, se volvió a casar nueve años después y tuvo tres hijos. Enviudó a los cincuenta y murió a una edad avanzada. Sin actos heroicos, sin ser testigo –aparentemente- de su tiempo, sin grandes proezas que recordarán las futuras generaciones, Daisy Goodwill llevó la vida que millones de mujeres vivieron el siglo pasado.

Me agradó que la autora incluyera fotografías de la familia de Daisy, aunque no de la protagonista. Sin duda queda en nuestra orilla el completar esos vacíos, ya sea con los rostros de sus hijos o con nuestros propios recuerdos y deseos. Sus descendientes fueron ciudadanos comunes, así como ella. No tuvieron como vecino a una persona famosa, ni se casaron con una celebridad. La familia de Daisy es igual a muchas otras, con divorcios, decepciones y desempleos. Sin embargo, las páginas de este libro muestran los mismos sentimientos humanos que observamos en cada uno de nuestros días. Sus personajes están llenos de vida. Los sentimos cercanos porque nos recuerdan lo que vemos y vivimos en nuestras familias.

Un par de párrafos atrás dije que aparentemente Daisy no es testigo de su tiempo, pues en toda buena biografía el autor recrea el mundo circundante y nos muestra cómo el biografiado se alimenta y es alimentado por él. Esta novela cumple con esa característica, pues nos lleva por diversos países y ciudades, relata los cambios que ocurren en las sociedades -graduales, casi imperceptibles-, pero que siempre están ahí, aunque no nos percatemos de ello. Las dos guerras mundiales, la gran depresión, la muerte de Kennedy, la revolución sexual, son hitos que se mencionan en sus páginas y que influyen en la vida de estos personajes. Así como nosotros, que aunque no nos demos cuenta, nos vemos influidos por conflictos lejanos.

Para los que estén interesados en el libro, hay una versión en español publicada por Editorial Tusquets bajo el título La memoria de las piedras. Hay algunos títulos adicionales de la autora que son distribuidos por esta casa editorial.

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