¡Revienten cohetes! ¡Hagan una gran fiesta! Hoy se cumple el centenario del nacimiento de uno de los más grandes escritores que ha parido Latinoamérica: el novelista uruguayo Juan Carlos Onetti. ¡Regalen flores a las damas! ¡Obsequien un libro a un extraño!
Como saben, Onetti cultivó el ensayo y el cuento además de la novela. Pero es en este último género donde nos obsequió con algunos de los mejores libros escritos en castellano en el siglo XX: La vida breve, Juntacadáveres, El astillero, Dejemos hablar al viento, Cuando ya no importe. Cada uno un libro importantísimo para el torrente latinoamericano.
Onetti fue el fundador de una ciudad mítica llamada Santa María, donde transcurren varias de sus historias. Fue el creador de personajes tristes, cansados, atrapados en libros donde el lenguaje florece de manera milagrosa. Las narraciones en las novelas de Onetti fluyen sin parar, se vuelven polvo y nos dejan el olor de un mundo angustioso, acaso sin esperanza.
No puedo explicar de otra manera la atracción que siento por las novelas de Onetti. Quienes no la conozcan deben visitar Santa María y buscar al doctor Díaz Grey, a Larsen, esos personajes que intervienen en más de una de estas historias. Permitan que los hipnotice, que los lleve por el camino tortuoso y seductor de su fina literatura.
Hoy se cumple también otro aniversario: el cuarto de este blog que ustedes visitan y tienen la cortesía de leer.
1.7.09
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4 comentarios:
Feliz aniversario.
(De Onetti me gustó mucho El pozo. Lo leí una vez, hace muchos años, y creo que me influyó de un modo que no termino aún de entender. Quizá debería releerla.)
Recuerdo que ese libro es de tus favoritos. Es cierto, debe también estar en el recuento que hice.
Saludos.
Felicidades...
¡Felicidades, Onetti!
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