5.4.09

It's not about the bike

Hace un par de días me puse a chatear con una amiga que vive en los Estados Unidos y de repente salió a la conversación el tema de Lance Armstrong, el ciclista estadounidense al que en 1996 le diagnosticaron cáncer testicular. Menos de tres años después se convirtió en el ganador del Tour de France, la competencia ciclística más famosa del mundo.

La conversación con mi amiga tocó por un momento el tema de la medicina moderna. Ahí recordé el caso de Armstrong, quien fue diagnosticado en una etapa avanzada de su enfermedad y sin embargo sobrevivió. El tratamiento fue bastante agresivo. En su biografía: It's not about the bike, recuerda las varias tandas de quimioterapia a la que fue sometido -este fin de semana he releído el libro y me ha impresionado igual que la primera vez.

Armstrong menciona que había ocasiones en las que no tenía fuerzas ni para comer. Se colocaba en posición fetal en su cama y trataba de dormir. Un detalle que lo impresionó fue que las enfermeras que manipulaban las bolsas que contenían los químicos que le administraban se ponían guantes para evitar cualquier posible contacto con las sustancias tóxicas. Cuando terminaron las rondas de quimio salió del hospital y renovó su licencia de manejo. En la foto aparecía sin cabello, cejas o pestañas.

Luego de superar el cáncer hubo un efecto secundario que no había tomado en cuenta: había perdido quince libras. Su cuerpo era más ligero, y luego de volver a entrenar sobre la bicicleta se dio cuenta que subía mucho mejor las carreteras de montaña. Ésa había sido su gran desventaja en los circuitos europeos. Pero la enfermedad también le había ayudado de otra manera: había incrementado su tolerancia al dolor.

Dos años después regresó a Europa y obtuvo varios resultados prometedores. Pero su verdadero estallido se vería en 1999, cuando participó de nuevo en el Tour de Francia. Pasó varios meses entrenando en las montañas, por lo que luego se vio recompensado. En el ascenso a Sestriere -en los Alpes- obtuvo una resonante victoria. El margen de tiempo que consiguió fue suficiente para proclamarse campeón dos semanas después.

El resto es historia conocida: obtuvo siete Tours consecutivos, una hazaña jamás lograda hasta entonces. De 1999 a 2005 el mundo observó con asombro cómo este sobreviviente del cáncer incrementaba su palmarés. Este año decidió volver del retiro, aunque es poco probable que vuelva con la fuerza de antes. Su participación en el Tour no está asegurada, pues hace unas semanas se rompió la clavícula en una competencia.

No hay comentarios: