Durante la visita del domingo pasado a la ciudad de Apaneca encontramos por casualidad el cementerio. Mientras caminábamos por una calle estrecha vimos al final un arco y nos aproximamos a él. Está en construcción y tiene dos ángeles que coronan sus columnas. Al dejarlo atrás subimos una cuesta y llegamos a las primeras tumbas.
Es un cementerio humilde. El suelo en su mayor parte es de tierra apisonada. Está en lo alto de una colina.
Tres de los cuerpos que descansan en esta tumba fueron enterrados a finales de los años sesenta.
Sin palabras.
Algunas de las tumbas están colocadas en unos escalones de la colina que previenen la erosión. Desde ahí se tiene una vista amplia de los alrededores.
9.10.08
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario