Hoy leí una noticia en Internet que me sorprendió. Comienza con las palabras: Tristemente, la muerte paga en la farándula. Y ahora también cuesta extra.
Resulta que el apartamento en Nueva York donde falleció el actor Heath Ledger ha sufrido un importante incremento en su renta. De $22,000 que pagaba el actor ahora hay que desembolsar $26,000. Todo para decir que uno habita en el lugar donde murió uno de los jóvenes actores más prometedores de Hollywood.
El morbo que ha generado la muerte de Ledger es notorio. La asombrosa taquilla obtenida por la película The dark knight se cree que en parte se debe a ello. Todo mundo desea observar una de las últimas actuaciones del australiano. Otro detalle notorio es que el número de visitas a la ficha de Ledger en la página de imdb se ha incrementado en un 200% desde la semana pasada.
Pero bueno, creo que muy pocos escapan a la curiosidad que despiertan estos hechos. Recuerdo que en 1997 subí al sitio del accidente de Aviateca en el volcán Chichontepec. Todos bajamos con algún recuerdo: trozos de tela, pedazos de aluminio o un tambor hecho pedazos (!!). Yo me llevé unos cables eléctricos que luego regalé a mi hermano. En 2001 subí por primera vez a la cumbre del cerro de Guazapa. Ahí observé que el camino a la cima estaba lleno de casquillos de bala. Tres años después regresé, y no encontré un solo cartucho. Los que recogí en mi primera visita están guardados en el escritorio de mi casa.
28.8.08
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