28.7.08

Canícula

Según el diccionario, la canícula es la época del año en la que hace más calor. En el hemisferio norte ocurre alrededor del 21 de junio (el solsticio de verano). Corresponde a la época en la que hay mayor cantidad de horas de sol. En gran parte del hemisferio comienza en ese momento en verano. En la zona tropical, por el contrario, estamos a mitad de la estación lluviosa.

En la Tierra de collares utilizamos la palabra canícula con otra connotación. Para nosotros es la época de finales de julio y principios de agosto en la que deja de llover. Durante dos o tres semanas las lluvias nos dan una pausa, justo a tiempo para las vacaciones que tenemos con motivo de las fiestas patronales.

Desde hace varios días se ha instalado la canícula. Durará algunos días más, a menos que una tormenta tropical se deje caer por las vecindades. Yo por si acaso siempre llevo mi paraguas. No vaya a ser que me sorprenda un aguacero por andar de confiado.

1 comentario:

Aldebarán dijo...

Curioso de dónde viene el nombre. Buscando en radiouniverso.org puedo encontrar en el día 19 de julio de este año lo siguiente


Universo: 19 de julio, 2008

Canícula
Es julio, hace calor, y no es difícil ver el por qué: el Sol se eleva por lo alto del cielo del hemisferio norte, y permanece visible durante mucho tiempo.

Sin embargo, en distintas partes del mundo antiguo, se le echaba la culpa del calor asfixiante del verano a algo que no se puede ver ahora: a Sirio, la Estrella Canina. De hecho, se describían estos días como los días caninos, la canícula, un marbete que sigue usándose hoy.

Sirio es la estrella más brillante del cielo nocturno. Ofrece su mejor aparición durante el invierno. Desaparece en el crepúsculo a finales de primavera, y vuelve a verse en agosto.

Pero hace miles de años Sirio desaparecía y reaparecía un poco antes. Desde la antigua Grecia y Roma, realizaba su primera aparición a principios de julio –cuando se empezaban a alcanzar las máximas temperaturas. Por eso, parecía lógico que Sirio fuera la causa. También se creía que si Sirio se veía clara y blanca en su primera aparición en el cielo del amanecer, iba a ser una estación templada y saludable. Si, por el contrario, aparecía turbia y rojiza, haría más calor y habría más enfermedades y más hambre. Y algo de verdad hay en ello. Los cielos claros y despejados son menos húmedos, no son tan bochornosos y el ambiente está menos estancado, incluso durante la canícula del verano.


Interesante ¿no?