Cuando escribí la nota acerca del observatorio del Vaticano me llevé una sorpresa adicional: el astrónomo y matemático Chistoph Clavius, una de las personas que intervino directamente en la modificación del actual calendario solar, fue un sacerdote jesuita.
Según la nota escrita en Wikipedia sobre Clavius, éste ingresó en la orden jesuita a mediados del siglo XVI. En 1579 el Vaticano lo comisionó para hacer los cálculos que sustentaron la reforma al calendario solar que fue adoptada en 1582.
Cuenta el mismo artículo que Clavius conversó con Galileo acerca del modelo heliocéntrico del sistema solar que el italiano defendía. Se supone que Clavius quedó satisfecho con esta teoría. No vivió para ver el juicio que la inquisición entabló varios años después contra Galileo, en el que lo obligaron a retractarse.
Uno de los cráteres más grandes del lado visible de nuestra luna fue bautizado en honor de Clavius. Arthur C. Clarke colocó ahí la base de los Estados Unidos en el libro 2001. Una odisea espacial. Desde ahí parte la nave con los científicos que llegan al cráter Tycho para examinar el extraño monolito negro.
15.5.08
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