Clarice Lispector - Cuentos reunidos

De las profundidades del mar de los libros pendientes por leer rescaté los Cuentos reunidos de Clarice Lispector. Esta escritora brasileña, de origen ucraniano y con raíces judías, no es muy conocida en nuestras latitudes.

En sus cuentos se observa de manera muy sutil su país adoptivo. A esto pudo contribuir el que viviera buena parte de su vida adulta fuera de él. Como esposa de un diplomático tuvo que acompañarlo por varios países. Quizá eso contribuyó a la universalización de su tono. Su ritmo es pausado, con una tensión moderada. Brasil es uno más de los elementos que forman parte de estos cuentos.

El libro que más me gustó de los que aquí están reunidos fue El viacrucis del tiempo. Conozco muy poco sobre la vida de esta autora, así que sólo puedo especular con la reacción de sus lectores al encontrar un libro con textos en los que el erotismo es muy visible. De todos modos, no es un erotismo desaforado. En Miss Algrave encontramos a una inglesa aburrida que descubre con sorpresa el placer que puede proporcionarle el sexo. En El cuerpo la autora narra la historia de un hombre y dos mujeres que viven juntos, en una relación polígama. En Ruido de pasos, una anciana acude al médico pues a pesar de haber llegado a la ochentena advierte que su deseo sexual no se ha apagado.

Pero hay también otros cuentos, de otros libros, que también me impresionaron. La mujer más pequeña del mundo nos habla del amor platónico que surge en un investigador que encuentra a una mujer que pertenece a una tribu de seres humanos pequeñísimos. Viaje a Petrópolis es un texto muy triste, donde conocemos a una anciana olvidada por el mundo, que vive arrimada en una casa de una familia que la ha recogido por lástima, pero que la envía a Petrópolis porque ya no desean verla más. Restos de carnaval es otra historia melancólica, en la que una niña nos relata con cuánta ilusión esperaba el primer carnaval en el que saldría con un disfraz, y de la inoportuna enfermedad de la madre que le enseñó que la felicidad sólo se disfruta por unos breves segundos.