7.4.08
Desde el jardín
Hurgaba entre los estantes de una librería local cuando mis ojitos se abrieron más de lo normal al ver este libro. La película que nació de él es una de mis favoritas. Ya había comentado acerca de ello en esta nota.
Hace unos días fui a una venta de repuestos y el producto que solicité estaba disponible en otra sucursal. Lo pidieron para mí y cuando me lo mostraron nos dimos cuenta que se habían equivocado. Tuve que esperar un poco más para que llevaran el correcto. Mientras tanto, mis ojos volaban sobre las páginas de este libro. Debí verme como un marciano en una pelea de box.
Gracias a que su autor, Jerzy Kosinski, fue el encargado del guión de la película, comprobé que no había diferencias abismales con el libro. El enriquecimiento que nos proporciona el texto radica en que somos capaces de entrar en la mente de Chance. Escuchamos sus pensamientos y comprendemos el porqué de algunas de sus decisiones. Su mente limitada trabaja junto con su enorme corazón para responder siempre de la manera adecuada.
Chance es un hombre que no conoce la maldad. Su mente infantil responde muchas veces por lo que recuerda de los programas de televisión. Su fortuita amistad con el multimillonario Benjamin Rand lo eleva a la estima de la alta sociedad política y económica de los Estados Unidos. El presidente lo cita en un discurso muy importante, aunque Chance había hablado con él sobre jardinería. Los políticos se disputan su amistad, y los periódicos se mueren porque les conceda una entrevista. Una universidad desea concederle un doctorado honoris causa (!!), y una editorial quiere reclutarlo para que escriba un libro donde plasme su filosofía.
Los hombres más poderosos del país deliberan sobre quién podría ser el candidato ideal para la vicepresidencia. El pasado de varios de los nombres propuestos es un serio impedimento. De pronto, alguien recuerda a Chance. Es perfecto: nadie conoce su pasado, es popular y sus apariciones en la televisión han sido un éxito. Sí. ¿Por qué no? Poco importa que el mundo lo conozca sólo desde el momento en que entabló amistad con Benjamin Rand. Es el candidato ideal para completar la fórmula.
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2 comentarios:
Y Peter Sellers hizo un papel extraordinario.
Es uno de los mejores actores que he visto. Era un maestro.
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