El alemán Horst Rippert, piloto de la Luftwaffe en la segunda guerra mundial, confesó que fue él quien derribó al escritor francés Antoine de Saint-Exupéry el 31 de julio de 1944.
Esta noticia resuelve por fin uno de los misterios de la literatura. Hace un par de años escribí una nota al respecto, en la que decía que la revista Selecciones hacía una conclusión aventurada al proclamar que Saint-Exupéry se había suicidado. Unos investigadores franceses, Luc Vanrell y Jacques Pradel, acaban de publicar un libro con todos los detalles al respecto: Saint-Exupéry. El último secreto.
Los investigadores se lanzaron a la búsqueda de pistas, a partir del hallazgo del avión de Saint-Ex, y dieron con el antiguo combatiente. El alemán dijo que de haber sabido que el avión era piloteado por el afamado escritor, no lo habría derribado, pues era un admirador de su obra.
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