3.12.07

¡Ah, las deudas!

En la sociedad moderna y consumista de hoy son pocas las personas que se salvan de los créditos. Por ejemplo: para hacerse de un inmueble, casi siempre hay que pedir los fondos a un banco. La deuda se fijará entre los diez y treinta años.

Además de la casa, apartamento o terreno, queremos un televisor, una refrigeradora, un equipo de sonido o un carro. Muchas veces los adquirimos a través de un crédito con una casa comercial o de nuevo el banco. Pero hay una manera más fácil de adquirir deudas: la famosa tarjeta de crédito.

A veces, cuando voy al banco a pagar la cuota de mi préstamo hipotecario, recuerdo que cuando recién me incorporé al mundo laboral soñaba con adquirir una casa sin necesidad de prestar el dinero. Varios años después seguía viviendo con mis padres, y me di cuenta de que no había otro camino.

Lo que me aterra hoy es ver cómo se han disparado los precios de las casas. Una pareja joven que desee comprar un inmueble debe resignarse a buscarlo muy lejos de la ciudad para encontrar precios razonables. También pueden pactar una deuda a treinta años. Es decir, que tendrán esa carga durante toda su vida laboral. Con suerta vivirán lo suficiente para disfrutar de su propiedad. Si no, lo harán sus hijos.

Ahora veo que no carece de lógica el camino que una conocida había tomado: desde que se casó se la pasó alquilando, aunque eso provocó varias mudanzas. Con familia, gastos escolares, comida, etc., había poco dinero para inversiones. En los últimos años he dejado de verla, pero si la tónica sigue igual, supongo que tendrán que trabajar el resto de su vida, o esperar a que alguno de sus hijos los releve en la obligación de los pagos. No tendría nada de extraño. Millones de personas hacen lo mismo.

2 comentarios:

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Es también el principal problema de España. Se hablan de hipotecas a 50 años e incluso de algunas que pasarán a los hijos.

Una locura.

Unknown dijo...

Asombroso. Un amigo me dijo que un banco de Brasil tuvo una idea similar: luego de una severa crisis inflacionaria, hizo un pacto con ciertos usuarios. Ellos pagarian las cuotas de por vida. A su muerte, la deuda estaba saldada. (!!)