22.3.07

Postal de Madrid

Mi amiga Xiomara, que está estudiando un posgrado en España, me ha enviado una postal muy simpática que he recibido hoy. Muchas gracias, Xiomara, por tu obsequio. Muchas gracias, señor cartero, por llevarla a su destino final.

En la postal veo el rostro de Joselito, el famoso niño-cantante-actor español de los años cincuenta. A su izquierda leo una pregunta inquietante: ¿es grande ser joven? La postal ha sido impresa a propósito del Certamen de creatividad española, que se celebra este mes. En la parte de atrás de la postal hay una nota: “Se trata de saber si actualmente la juventud se percibe como una virtud, ya sea en el terreno social o profesional, o, por el contrario, una etapa difícil de superar”.

No es fácil contestar a la pregunta que hace la postal. Si lo veo desde mi experiencia, la juventud -tomándola como el período entre los 15 y los 30 años- fue muy dura en su primera parte, en especial por las condiciones que imperaban en el país debido a la guerra civil. Luego vino una etapa de maduración, de alegrías y decepciones como las que atraviesan todas las personas. Sin duda la segunda parte de mi juventud fue mejor.

Pero los jóvenes de hoy lo tienen más difícil: deben enfrentarse a desafíos como las drogas, las enfermedades de transmisión sexual, la delicuencia, el desempleo, el deterioro ecológico, etc. Estos problemas existen desde hace muchos años, pero ahora, me parece, se han agudizado.

Por lo dicho en el párrafo anterior, tal vez piensen que mi respuesta a la pregunta de la postal es que la juventud es una etapa que debe superarse. No es así. Creo que hay muchos desafíos en los años jóvenes, pero también mucha energía y deseos de cambio para superarlos. Es una virtud que debemos prorrogar hasta la vejez. Si no, ¿para qué carajos se hace uno viejo?

Gracias de nuevo, Xiomara, por tu postal. Mirá este enlace que dejo aquí. Esta nota se puso muy seria y hay que balancearla con un poquito de humor, aunque sea humor retorcido. ¡Hasta pronto!

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