23.2.07

Linda boquita y verdes mis ojos

La angustia está presente en cada uno de sus párrafos. Tiene dos fuentes: por un lado Arthur, quien está a punto de cometer una locura porque su esposa no regresa a casa. Y por otro Lee, porque hasta el último momento no sabemos si la mujer que yace a su lado en la cama es Joanie, la esposa de Arthur.

En la primera lectura del texto es fácil descubrir que Arthur está al borde de una crisis. La relación con su esposa es tan mala que la tardanza de ella en volver provoca que le hable a su amigo Lee, con quien se desahoga. Éste trata de calmarlo, intuyendo la importancia que tiene la llamada.

Pero una segunda lectura permite descubrir la otra fuente de angustia. Sin que tenga que mencionar una palabra, la muchacha junto a Lee se convierte en una pieza importante de la historia. ¿Se trata de Joanie? En cierto momento Lee se muestra contrariado porque Arthur planea visitarlo. La joven permanece en silencio mientras la conversación telefónica se lleva a cabo. Es entonces cuando la ficción surte su efecto. La opresión en nuestro pecho se incrementa, y la compasión por el marido atormentado es casi nuestra respuesta automática.

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1 comentario:

Natalia Book dijo...

Mi visión del asunto es que Arthhur sabe perfectamente lo que pasa y por eso llama a Lee. Por eso se inventa esa mentira final. Sí creo, obviamente, que se trata de Joanie. Aunque es cierto que nunca se dice. Salinger siempre juega a los enigmas
Saludos