12.1.07

Desde un pequeño consulado en Suiza

La semana pasada se presentó el documental Glass house en el país. Es uno de los primeros esfuerzos cinematográficos -si no el primero- que buscan informar sobre el esfuerzo que George Mandel Mantello y José Arturo Castellanos hicieron durante la segunda guerra mundial para salvar la vida de miles de judíos húngaros -no tuve la oportunidad de ver el documental. Estaré pendiente de las presentaciones futuras.

Por desgracia, la historia de estos diplomáticos es más conocida fuera de nuestro país. El periódico El faro hizo una nota que resume la mayoría de los datos que se conocen: a iniciativa de Mantello -quien fue nombrado primer secretario del consulado de nuestro país en Ginebra-, se enviaron miles de "certificados de nacionalidad" a personas que estaban en peligro de ser deportadas. No ha sido posible calcular el número exacto de los que fueron beneficiadas por estos papeles. Las cifras varían dependiendo de los historiadores. Se calcula que podrían ser entre 15,000 y 40,000 personas.

Mantello era de ascendencia húngara. Conoció a Castellanos porque habían hecho negocios con anterioridad. Cuando la represión en contra de los judíos se hizo muy fuerte, Mantello huyó a Suiza. Castellanos le entregó un pasaporte diplomático y lo respaldó en sus esfuerzos por salvar la vida de cuantas personas fuera posible.

Se cree que los nazis respetaron a los portadores de estos documentos porque podrían servir para intercambiarlos por ciudadanos alemanes apresados en Latinoamérica. Otra posible causa era el temor de Alemania a que sus ciudadanos en nuestro continente fueran asesinados como represalia. Lo cierto es que el respaldo que nuestro gobierno -gracias al canciller Julio Enrique Ávila- dio a esos documentos permitió que Suiza pudiera velar por la seguridad de esas personas.

Encontré un artículo muy informativo sobre estos hechos -está en formato PDF, así que deben tener el programa Adobe Reader para abrirlo-. En él se explica que Mantello también hizo muchos esfuerzos para dar a conocer a los gobiernos y a la prensa las atrocidades que los nazis efectuaban en los campos de exterminio.

Sesenta años después, los esfuerzos de Mantello y Castellanos aún son desconocidos. Espero que el documental Glass house nos ayude a comprender cómo el esfuerzo de unas pocas personas sirvió para salvar a muchos inocentes.

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