29.3.06

¿Una guerra para conquistar la paz?

Conseguí un par de discos DVD que llevan por título Una guerra para conquistar la paz. Ya por el nombre puede uno creer que se trata de un trabajo elaborado por personas o instituciones afines a la antigua guerrilla. De hecho, en la esquina inferior derecha de las imágenes hay un mapa de la Tierra de collares con las iniciales SVP. No estaba seguro si significaba Sistema Venceremos, o sea, el colectivo del FMLN que se encargaba de hacer documentales. Pero al ver los créditos descubrí que se trataba de Salvavision Productions, una empresa afincada en Estados Unidos.

El primer disco, al menos en mi computadora, fue muy difícil de observar porque las imágenes se congelaban a cada momento. El segundo fue mucho más fluido, apenas si sufría de aquella molestia. En cuanto a la crudeza del contenido -se advierte al principio que no debe ser visto por personas con afecciones cardíacas- creo que ya estoy vacunado.

El disco 1 muestra imágenes del período 1971-1982. La calidad es pobre y en algunos segmentos se han hecho cortes groseros. La locución es deficiente, y hay muchas partes donde no se explica lo que estamos viendo. Para una persona que no sea de la Tierra de collares hay detalles que no quedarían claros.

El disco 2 pertenece al período 1982-1992. La primera mitad muestra imágenes anteriores a 1989. Buena parte de la segunda mitad está consagrada al año más crudo de la guerra civil: 1989. La mayoría de locuciones en este disco son favorables a los grupos guerrilleros, aunque hay fragmentos de noticieros gubernamentales.

Lo que me incomoda de estos discos es el título, que yo he colocado entre signos de interrogación para la nota de hoy. Monseñor Gregorio Rosa Chávez, el obispo auxiliar de San Salvador, dijo en 1992 que pensar que la guerra civil fue necesaria para que se dieran cambios importantes en el país es darle la razón al análisis marxista, que opina que la violencia es la partera de la historia.

Más de una persona que simpatizaba con el partido de gobierno (ARENA) me dijo en la época de la guerra civil que el conflicto fue necesario para que el país cambiara. Ésa es una afirmación que me resisto a hacer. Jamás la he avalado, aunque comprendo el por qué otros sí lo hicieron.

Opino que la guerra civil pudo evitarse, si todas las partes hubiesen buscado el interés nacional antes que el de un sector específico. Claro, éste es un análisis simplista, hecho a posteriori. Pero prefiero esta respuesta a la que entrega el análisis marxista (entre otras cosas porque muchas de las causas que originaron el conflicto no han desaparecido). Me resisto a estudiar la historia de la humanidad desde su oscuro paralelo: la historia de las guerras.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vengo leyéndolo hace un tiempo, amigo. Y es por mis acercamientos a su blog que sé que le gusta el ajedrez, la literatura; que el recuerdo lo mueve a veces en dirección de la nostalgia. Que es salvadoreño y contemporáneo mío.
De los años de la guerra en su país tengo muchos recuerdos. A comienzos de los ochenta, cuando aquí en el Perú empezaba también nuestra propia tragedia, era apenas un chiquillo, un chiquillo “podrido” ya, tan pequeño, de interés por la “cuestión internacional”. Tanto que iba como loco a la sección ídem del diario que, muy raramente, compraba mi viejo solo para saber qué ocurría en su país. Se me quedaron desde entonces en la memoria topónimos y nombres propios como Chalatenango, Atlacalt, Atonal, cerro Guazapa. Y Cuscatlán, su Tierra de Collares.
Todo esto viene a cuento de su post. Porque, no creo equivocarme, es la primera vez que habla bastante del tema de la guerra civil en su país. Y a mí se me ha dado por recordar.

Julio Suárez Anturi dijo...

Me has hecho pensar en las guerras que consideraba como inevitables en la historia de la humanidad, tanto como los conflictos tribales o los roces con los vecinos y compañeros de trabajo. Hay una "presentación" de la guerra como "la política por otros medios". El asunto es que una guerra no puede verse como un partido de fútbol, de dos que se atacan mutuamente, porque la dinámica de ella es involucrar "carne de cañón". Llegar a acuerdos con ánimos exacerbados requiere de un gran esfuerzo para que las partes depongan su "guerra de vanidades". ¿Habrá en nuestras vidas cosas inevitables? Abrazo.

Anónimo dijo...

Yo no creo que la guerra haya sido una necesidad sino que fue mas bien inevitable, la instancia política o "democrática" llegó a su agotamiento debido a la renuencia de quienes gobernaban entonces a realizar los cambios necesarios y ante las protestas o requerimientos esgrimían solo la violencia.
A pesar de que la consigna por los años 70´s del movimiento comunista era no tocar el patio trasero de los EEUU, los niveles de represión eran tales que unos pequeños grupos se separaron de la agrupación que entonces encabezaban Shafick y Cayetano Carpio, dando por resultado que este último optara por la vía Violenta y por su lado Socialdemócratas y Dee mócratas Cristiandos como Alejandro Rivas Mira, Lil Milagro Rodriguez, Eduardo Sancho y Joaquín Villalobos decidieran llegar al poder por la vía armada tambien.
Iniciando las primeras acciones armadas en respuesta a la represión, y la respuesta a esto solo fué mas represión.

La consigna : A mas represión, Mas lucha no es solo una consigna, es un circulo vicioso, ultimamente se está llegando a una nueva escalada de violencia que ojalá no termine en un nuevo conflicto armado.

Que gracias a la incapacidad de las fuerzas armadas de eliminar el accionar guerrillero (en parte por la conveniencia de mantener indefinido el conflicto de parte de los altos militares por la multimillonaria "ayuda" que recibían a diario de los Estados Unidos), es que el Tío Sam decidió acabar con la guerra y forzar al gobierno de entonces a dialogar y hacer el intento de cambios socioeconómicos necesarios para la resolución del conflicto.

Unknown dijo...

Hunnapuh: en efecto, hubo grandes intereses extranjeros en la pasada guerra civil. Y esos intereses se mezclaron con las grandes contradicciones internas. Un cóctel que resultó muy explosivo.