9.11.05

Kalgan

Es la segunda vez que escribo esta nota. Ya parece que las computadoras se han confabulado porque relaté un percance que tuve con el programa Kalgan, para jugar ajedrez, que tuve anoche. Qué rabia. Me había quedado bien.

Había escrito que me dio una especie de racha obsesiva-compulsiva al perder una docena de partidas de ajedrez seguidas. Si hubiera ganado una me habría detenido, pero en esas me dio la medianoche, cada vez más ansioso y descontrolado. Regalé piezas como en bazar de fin de año.

En la última partida que jugué contra un español, no pude tomar la torre enemiga en octava con mi dama. Con ese lance daba mate al rey enemigo. Por alguna razón el condenado programa no me lo permitía. Era como si al arrastrar la pieza se me resbalara de los dedos -electrónicos-. Según me dijo mi rival, no es la primera vez que ocurren problemas similares.

Como se imaginarán, borré el programa de la pura cólera. Todavía jugué una hora más en el sitio de Ajedrez 21. Gané dos partidas y perdí dos. Me acosté como a la una y treinta, aún con sed de sangre de rey enemigo. Seguro que soñé con escaques negros y blancos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Ajedrez? ¿China? ¿juegos en linea? ¿?

Unknown dijo...

Hola, Antares. Ahora sí, la nota tiene sentido. La publiqué y luego, al revisarla, estaba vacía. Primera vez que me pasa algo así en el blog.

Anónimo dijo...

Ah! ahora entiendo. Jajajaja, sí que eres obsesivo Salvador. Mi truco para aliviar las obsesiones (que tengo muchas)es un buen baño con agua caliente. Pruébalo la próxima vez.
Siempre voy a preferir los juegos en carnita y huesito, especialmente el ajedrez y de noche. Saludos

Unknown dijo...

Para aceptar a los demás debemos aceptarnos primero con todas nuestras dolencias. Yo confieso que soy obsesivo-compulsivo.

No puedo aplicar tu método de relajación porque no tengo agua caliente en casa. Nadie me saca de mis duchas de agua fría.

¿Así que te gusta el ajedrez? Ok. Estás oficialmente retada. Recibirás un correo invitándote a jugar por la vía electrónica.