12.9.05

Yourcenar vista por Goslar


Michèle Goslar trabajó cerca de diez años en la elaboración del libro Qué aburrido hubiera sido ser feliz, una biografía muy completa sobre Marguerite Yourcenar, que comienza explorando de manera exhaustiva la infancia de Marguerite de Crayencour, quien al crecer se convertiría en la primera mujer elegida para integrar la Academia Francesa de la Lengua.

Se cuenta que Yourcenar eligió su nuevo apellido con ayuda de su padre. A partir del original elaboró un anagrama que fue el que finalmente utilizó para firmar sus obras. La biografía relata, a la par de la vida de la autora, las relaciones con las personas que la marcaron de manera más profunda. Por ahí desfilan algunas familias que conoció en su niñez, los amores de juventud, los amigos que le fueron fieles a pesar de su carácter y los cuarenta años que convivió con Grace Frick, la mujer que la invitó a vivir a los Estados Unidos.

La biografía también nos muestra el proceso de formación de algunos de los libros más importantes de Yourcenar, desde sus obras primeras hasta llegar a las Memorias de Adriano, Opus Nigrum, el Alexis, Archivos del norte y muchos más. Es un peregrinaje por las fuentes, luchas y victorias asociadas a cada uno de estos títulos, las reacciones de los medios literarios y el impacto que causaron a nivel internacional.

La obra de Goslar es, ante todo, un trabajo de amor hacia una de las más brillantes plumas del siglo XX. En las últimas páginas descubrimos un episodio poco conocido: de viaje por Ginebra, Yourcenar visita a su amigo Borges, y pasa toda una tarde platicando a solas con él. Fue la última vez que se vieron. Unas cuantas semanas después muere el argentino, seguido por la autora belga el siguiente año. A medida que se acerca el final de una vida, se recapitula el trabajo realizado, la satisfacción de lo conseguido, las tristezas y decepciones recibidas y provocadas. Es un libro infaltable para todos los seguidores de esta genial escritora.

No hay comentarios: