29.8.05

La puta y la ballena

De verdad que admiro la facilidad de las actrices españolas para desnudarse. Sin complejos, sin dudas, actúan de la manera más natural. Una persona como yo, llena de timideces, jamás se atrevería a hacer lo que Aitana Sánchez-Gijón y Mercè Llorens consiguieron en la película La puta y la ballena. Un aplauso para ellas, pues sus papeles son difíciles y los sacaron adelante con mucha casta. A Llorens nunca la había visto actuar, y me parece que hizo una actuación bastante buena. Supo imprimirle a Lola esa energía vital que necesitaba.

La película nos cuenta dos historias distintas, la de Lola, una catalana que llega a la Argentina en la década de los treinta, y la de Vera, otra catalana que en la época actual no sabe qué hacer con su vida y es comisionada para investigar las fotos de un argentino que murió en la guerra civil española. Dirigida por Luis Puenzo -el mismo que llevó a cabo La historia oficial, que ganó un Óscar a la mejor película extranjera-, esta coproducción ha sido una grata sorpresa en el circuito nacional de cines.

De entrada hubo una discusión sobre el nombre de la película, pues parece que el organismo gubernamental encargado de velar por nuestra moral deseaba cambiarlo. Al final, como siempre sucede, la polémica sólo aumenta la curiosidad y atrae a los espectadores. Sin embargo, este trabajo no necesita de tales ganchos. Se sostiene sin ayuda, a pesar de los problemas de audio -que no sé si deben atribuirse a la producción o al sistema de sonido de la sala-.

Las historias que se han mezclado resultaron muy atractivas. Creo que ha sido un acierto la manera como Puenzo ha logrado combinarlas. Una buena opción para asistir al cine, o esperar a que los piratas del centro de Sansívar la ofrezcan.

1 comentario:

Jacinta dijo...

Acá en Costa Rica no hubo ninguna discusión en cuanto al título. Y duró una cantidad exagerada de tiempo en carteleras. En lo personal, me pareció bastante mala la película, floja, que no logra conmover al espectador, o bueno, a mí por lo menos. No bien encendieron las luces, salí corriendo del cine, fastidiada por haber perdido la tarde de esa manera. Me sentí estafada.