No sé ustedes, pero en mi colonia todavía tenemos problemas con el servicio de agua. Durante los fines de semana se mantiene casi todo el día de manera normal, pero de lunes a viernes sufrimos cortes a partir de las siete de la mañana.
Ya no tengo que levantarme tan temprano para ducharme. Lo hago quince minutos antes de lo que solía hacerlo, porque a las 6:15 a.m. ya no hay suficiente presión y tendría que quitarme el jabón a “huacalazos” si a esa hora no he terminado. Hoy, para mi sorpresa, habían restaurado el servicio a las cinco de la tarde, cuando en otros días suelen tardar un par de horas más.
No tengo cisterna en casa, sino un barril grande y varios depósitos plásticos donde almaceno el agua. La peor temporada ocurrió hace seis años, más o menos. No cayó una gota durante una semana, así que nos abastecían con camiones cisterna. Nos tocaba hacer cola a los costados del camión para llenar cuanto recipiente tuviéramos a mano.
En verdad que no salimos de una para caer en la otra. Durante la estación lluviosa padecemos de inundaciones y muchas incomodidades debido a la falta de luz solar –que se lo pregunten a la gente que trata de secar su ropa-. Pero en la estación seca padecemos por la falta de agua en los hogares. Y eso que no hemos llegado a los meses más cálidos del año: marzo y abril
5.2.08
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario