Según una noticia publicada hoy por La prensa gráfica, nuestro país espera un importante incremento en la cantidad total de remesas que la diáspora envía a sus familiares. En números redondos, se pronostica un ingreso de $3,600 millones.
Aunque el crecimiento de las remesas ha sido menor en porcentaje con respecto a los años anteriores, el imparable ritmo ascendente sólo se explica porque el flujo de emigrantes se mantiene constante. El matutino que publicó la noticia estima que todos los días salen 600 personas de nuestras fronteras. Si fuera cierto, en un año habríamos perdido la escalofriante cifra de 219,000 personas.
El año pasado, las remesas recibidas representaron el 98% de las exportaciones. No es ningún secreto que la economía está basada en estas divisas, especialmente las que provienen de los Estados Unidos. La sorpresiva baja de población que detectó el censo de este año nos indica que durante mucho tiempo hemos subestimado la cantidad de personas que han abandonado nuestro país.
Si las proyecciones se cumplen, nos acercaríamos al simbólico promedio de $10 millones diarios recibidos en calidad de remesas. Sin embargo, el precio que hemos pagado en cuanto a la desintegración familiar, fuga de cerebros y fuerza laboral perdida nunca ha sido cuantificado.
20.11.07
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