El panorama político en la Tierra de collares está revuelto con la inesperada muerte de Schafik Handal, el líder histórico del FMLN. A pesar de que era conocido el historial médico del dirigente de izquierda, nadie pensaba en este momento que un ataque cardíaco podría terminar con su vida.
Las imágenes que la televisión mostró, en las que se observa el arribo del helicóptero que lo trajo a San Salvador desde el aeropuerto internacional, fueron dramáticas. Hay muchos que dicen que su corazón se esforzó demasiado en el viaje a la ciudad de La Paz, en Bolivia. Handal asistió ahí a la toma de posesión del nuevo presidente, Evo Morales.
Lo que me ha llamado la atención es la forma como todos los políticos, incluso los más contrarios al pensamiento de Handal, lo recuerdan como una persona de firmes creencias y como un hábil negociador. Hay quienes piensan que ahora el FMLN tendrá una mayor apertura, que tenderá a alejarse de las posiciones dogmáticas que lo han caracterizado en los últimos años.
Un amigo decía ayer que la muerte de Schafik será la noticia de la semana. Yo creo que irá más allá, pues hay una elección para el nuevo congreso en marzo. Su fallecimiento alcanzará a cubrir un par de meses más. Y no porque vaya a explotarse su imagen -espero-, sino porque estará presente en el inconsciente colectivo.
25.1.06
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