30.9.05
V.
Thomas Pynchon es un autor muy importante en la literatura de Estados Unidos. Su obra ha influenciado a muchos escritores desde la década de los setenta. Su primera novela fue saludada de inmediato como un gran trabajo: V.
Benny Profane no desea hacer nada en particular con su vida, mientras Herbert Stencil busca por todo el mundo el camino de una mujer enigmática, que también sedujo la atención de su padre, un agente del servicio de inteligencia británico. V. ha intervenido en distintas aventuras en El Cairo, Florencia, París, una finca en Sudáfrica y Malta. ¿Por qué esta cacería? Quizá ni el mismo Stencil lo sepa, pero probablemente porque lo mantiene con vida.
Esta novela es un desafío para la lectura. Al mismo tiempo que vamos descubriendo el pasado de V., Profane y Stencil son testigos de las vicisitudes de una partida de amigos en la ciudad de Nueva York, algunos años antes del inicio de la guerra del Vietnam. Pynchon hace gala de un profundo conocimiento de una variedad de temas: desde la camaradería que impera en la Marina, hasta el movimiento independentista maltés de entreguerras. No en balde tarda muchos años en liberar un nuevo título. Cada libro contribuye a agigantar su leyenda.
Como anécdota, recuerdo que una persona que vio la novela en mis manos me dijo que Pynchon le gustaba mucho, y lo consideraba "muy postmoderno". En efecto, podría asignarle esta etiqueta, pero yo prefiero decir que es "muy loco", un deschavetado que escribe buenos libros, y que además huye de las candilejas hasta el punto de que no tengamos la certeza de cómo es en la actualidad. Las fotos de su juventud muestran a un muchacho dientón, de aspecto sencillo. No importa en realidad. Puede que estas imágenes sean una pista falsa para hacernos perder el camino que, a fin de cuentas, debe llevarnos a su obra.
¿Y qué hace Stencil en Nueva York junto a Profane? Muy simple: busca una pista más que lo lleve a conocer el itinerario completo de su obsesión.
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