Fue en julio de 1944 que Antoine de Saint-Exupèry, autor del famoso libro El principito, desapareció en un vuelo de reconocimiento durante la segunda guerra mundial. Su fama creció con los años, por la belleza de su obra y la faceta heroica de su muerte. En la tierra de collares existe un elemento de admiración adicional: su viuda, Consuelo Suncín, nació en la ciudad de Armenia, en el departamento de Sonsonate.
Hace algunos años leí una columna en un periódico, en la que anunciaban el hallazgo del avión en el que Saint-Ex encontró la muerte. No volví a saber nada del asunto hasta hace unos días, cuando por casualidad hojeé una revista Selecciones y encontré un artículo sobre este descubrimiento. Con el estilo propio de la publicación, se detallan paso a paso las pistas que se siguieron para identificar los restos de la aeronave. De antemano se sabía que no se encontraría ningún cuerpo.
Lo que me sorprendió bastante fue la conclusión del articulista: ya que no se encontraron orificios de bala en el fuselaje, y a que los archivos de la fuerza aérea alemana del 31 de julio de 1944 no reportan ningún avión derribado del tipo que Saint-Ex pilotaba, se argumenta que el escritor pudo haberse suicidado. Según la investigación que la revista realizó, la evidencia muestra que el aparato se estrelló a toda velocidad en el mar.
Extrañado, busqué la biografía de Saint-Ex en Wikipedia. Ahí confirman los detalles del avión, pero no las conclusiones. Esta fuente dice que es muy probable que el aparato sufriera desperfectos mecánicos. No sé cómo haría un investigador para deducir que una aeronave se estrelló por la mano de su piloto, pero la declaración de la revista Selecciones me parece muy aventurada.
De todas maneras, a medida que los detalles de la muerte se aclaran, creo que su leyenda se verá un tanto rasgada. Y es lo mejor, porque debemos apreciarlo por su maestría en la escritura, y no por detalles extraliterarios. En una película francesa que recrea su vida se sugiere que fue derribado por fuego antiaéreo. Ahora que sabemos un poco más sobre su final, es mejor que lo recordemos por la belleza de sus libros, como debe de ser.
29.9.05
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2 comentarios:
hola, si podés leer 'piloto de guerra', su último libro, verás que el suicidio es más que una hipótesis.
Hace algunos años posteé unos párrafos (http://demairena.blogspot.com/2002/08/96.html), pero el dolor que se lee en el libro entero no se puede transmitir con un par de páginas, hay que leerlo entero. Si lo lees, creo que te vas a convencer de que se suicidó.
Y también está la nota final que dejó antes de partir ese día:
"Si me derriban no extrañaré nada. El hormiguero del futuro me asusta y odio su virtud robótica. Yo nací para jardinero. Me despido, Antoine de Saint-Exupéry".
Gracias, Juan Pablo, por tu comentario. Sigo pensando que las conclusiones del articulista son muy aventuradas, pero coincido en que Saint-Ex fue un hombre atormentado, que bien pudo pensar en esa posibilidad.
Muy interesante tu blog. Hasta pronto.
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