13.2.08

El palacio de las blanquísimas mofetas


Fortunato es un joven que vive en un hogar que se desintegra. Su madre se ha marchado a los Estados Unidos a trabajar. Le envía dinero y le promete que hará todo lo posible para sacarlo de Cuba. Corren los últimos meses de 1958.

La familia de Fortunato es un desmoronamiento. El abuelo no habla con nadie. Sólo le importa su pobre venta de frutas. La abuela vive maldiciendo a su esposo, y le recrimina por todos los problemas que deben enfrentar. Las hijas del matrimonio viven aún en casa. Dos de ellas fueron abandonadas por sus esposos. La mayor nunca se casó y vive por ello amargada. Onérica, la madre de Fortunato, es la única que vive fuera de ahí.

Ésta es la familia que Reinaldo Arenas nos da a conocer en El palacio de las blanquísimas mofetas, una novela densa, cargada de ira y desesperanza. La revolución cubana está a la vuelta de la esquina, y los personajes viven ajenos a esta realidad que pronto les estallará frente a la cara.

Fortunato se marcha. Intenta enlistarse con los rebeldes, pero se encuentra con que es rechazado a menos que lleve un arma. Mientras tanto, su familia se hunde cada vez más en el abismo de la incomunicación, la soledad y la locura. Nadie saldrá inerme de la catástrofe que se avecina.

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