Hoy comenzó la Olimpiada de Invierno. La ciudad de Turín (Italia) es la anfitriona para los atletas que competirán por la obtención de las codiciadas medallas de oro, plata y bronce. La ceremonia de inauguración fue elogiada por atletas, espectadores y televidentes.
Desde las personalidades y estrellas invitadas, pasando por un Ferrari que hizo un espectáculo de "patinaje sobre hielo", y concluyendo con el desfile de los atletas de las naciones participantes, el sueño de hermandad a través del deporte abrió hoy un nuevo capítulo. A pesar de los conocidos escándalos por dopaje y la inevitable irrupción del dinero de las multinacionales, la emoción de las competencias deportivas no puede ser ahogada.
Fue durante la Olimpiada de Invierno de Sarajevo (en la antigua Yugoslavia) que comprendí la importancia de este encuentro. Antes pensaba que era un apéndice de la Olimpiada de Verano. Por supuesto que los intereses políticos y económicos se mezclaban en el medallero, al igual que ahora. Sin embargo, creo que el deporte encierra un ideal de hermandad y compañerismo que no debe extinguirse.
Hace algunos años observé por televisión en la cobertura de unos juegos de invierno un equipo de Bobsleigh de un país africano. Aunque les fue bastante mal, los espectadores los arroparon con simpatía. En la inauguración observé desfilar entonces a la delegación de Guatemala. Fue bastante curioso, ya que en el país vecino no hay nieve. Claro, puede que se tratara de atletas que se ejercitaban en otras regiones, o que practicaran deportes como el patinaje. En alguna ocasión escuché que un grupo de personas en la Tierra de collares intentó organizar una federación de deportes invernales, pero todo quedó en el arranque.
2 comentarios:
Fuera de juegos, agradecerte el deferente saludo en La Bohemia, por YSUCA, "La voz con vos". Abrazo.
Gracias por haber escuchado el programa. Cuando vuelvan a invitarme te escribo para que lo sintonicés.
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