Nos vimos en Recoleta, en un centro comercial, o shopping, como les llaman en Buenos Aires. Hace algún tiempo encontré su página en Internet y le escribí. Hemos mantenido contacto más frecuente desde que le dije que viajaba a la Argentina. Estaba más canoso que en la fotos de su página, pero la alegría de vivir, que transmite en sus canciones, sí que estaba presente. Se sorprendió desde la primera vez que le escribí, cuando le dije que algunas de sus composiciones habían sido muy populares en la Tierra de collares. El hombre del espejo, No sabés lo que es tener un amigo, Rumbita nuestra, Gonzalitos, son canciones que llegaron hasta el trópico y se han sembrado en el alma de algunos treintañeros como yo, y que aún las tarareamos de vez en cuando. Marcelo es muy agradable, con mucha chispa para conversar. Tiene la energía de un adolescente. Le conté cómo su música entró en algunas radios de San Salvador. Me dijo que esperaba ir alguna vez, para dar un concierto y promocionar sus discos. Es una persona muy sencilla, que escribe canciones y padece los mismos problemas que todos. Me dijo que recién sale de una operación. Tiene 54 años y no los parece, en especial por su alegría. Ojalá que podamos escucharlo cantar en La Luna, o en algún otro sitio que se preste para su música. Yo me llevaré algunos de sus discos. Me habló con toda naturalidad de Charly García, Fito Páez, Jorge Drexler, el flaco Spinetta. Son todos sus amigos, o colegas de conciertos y desvelos. Qué bueno que pudimos vernos. Cuando regrese a la Tierra de collares, sus discos serán un recuerdo muy especial de esta visita a Buenos Aires. |
3.8.05
Marcelo San Juan
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1 comentario:
Recuerdo las canciones de Marcelo. Te felicito por el encuentro. Una de los artistas que recuerdo con cariño. Si, el sitio es muy bonito, ahí volví a leer las letras de las canciones que recordaba a medias. Nuevamente, disfruta BsAs.
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