27.1.06

250 años de Mozart

Hoy se celebra el cumpleaños número 250 de Mozart, uno de los compositores más importantes de la música académica. Su ciudad natal, Salzburgo (Austria), ha desarrollado un intenso programa conmemorativo, que continuará a lo largo del año.

Los cables informativos han dicho que en varias ciudades, alrededor del mundo, se han programado veladas en homenaje a Mozart. Se da el caso de emisoras de radio dedicadas a la música académica, que durante este día sólo han programado música del cumpleañero.

Salzburgo ha creado, además de los recuerdos usuales (tazas, discos, camisetas, etc.), productos que no se ven todos los días. Lo más exótico es la ropa interior con la figura de Mozart, y un enorme pastel elaborado por algunos de los reposteros más importantes de la ciudad, que imagino se repartirá entre los paisanos.

Otra ciudad que también tiene un programa especial dedicado al genial músico es Viena. Ahí fue donde Mozart escribió y dio a conocer algunas de sus composiciones más famosas. De lo que me he enterado hoy, con mucha sorpresa, es que adoptó por su propia iniciativa el nombre de Amadeo. Entre todos los nombres con los que sus padres lo inscribieron no figuraba este que es hoy tan famoso.

26.1.06

Piratería en la blogósfera

Con sorpresa leí en el sitio de Jacinta Escudos que hay un blog pirata que ha copiado gran parte de su creación. Cuando uno entra a esta página parásita, lo más chocante no es la alteración del nombre original, sino que se han atrevido a dejar la fotografía de Jacinta, además de llevarse las notas diarias que ella ha ido escribiendo.

No logro imaginar cuál es el objetivo escondido para realizar esta maniobra. Por desgracia, la información colocada en la red de redes está expuesta a tales abusos. Ni siquiera es posible admitirlo como una mala broma.

Desde mi pequeño espacio en la aldea global me solidarizo con Jacinta. Ojalá que la(s) persona(s) detrás de este trago amargo recapacite(n) y abandone(n) la página.

25.1.06

Muerte inesperada

El panorama político en la Tierra de collares está revuelto con la inesperada muerte de Schafik Handal, el líder histórico del FMLN. A pesar de que era conocido el historial médico del dirigente de izquierda, nadie pensaba en este momento que un ataque cardíaco podría terminar con su vida.

Las imágenes que la televisión mostró, en las que se observa el arribo del helicóptero que lo trajo a San Salvador desde el aeropuerto internacional, fueron dramáticas. Hay muchos que dicen que su corazón se esforzó demasiado en el viaje a la ciudad de La Paz, en Bolivia. Handal asistió ahí a la toma de posesión del nuevo presidente, Evo Morales.

Lo que me ha llamado la atención es la forma como todos los políticos, incluso los más contrarios al pensamiento de Handal, lo recuerdan como una persona de firmes creencias y como un hábil negociador. Hay quienes piensan que ahora el FMLN tendrá una mayor apertura, que tenderá a alejarse de las posiciones dogmáticas que lo han caracterizado en los últimos años.

Un amigo decía ayer que la muerte de Schafik será la noticia de la semana. Yo creo que irá más allá, pues hay una elección para el nuevo congreso en marzo. Su fallecimiento alcanzará a cubrir un par de meses más. Y no porque vaya a explotarse su imagen -espero-, sino porque estará presente en el inconsciente colectivo.

24.1.06

1932

Durante más de sesenta años se repitió la historia de que el levantamiento del 22 de enero de 1932 estuvo a cargo del partido comunista. Tanto la derecha como la izquierda de nuestro país, por distintos motivos, estuvieron de acuerdo con esta versión.

Hace algunos años, un investigador estadounidense llamado Erick Ching viajó a Rusia para investigar en los archivos del Comintern (Comité ejecutivo de la tercera internacional). Ahí descubrió documentos escritos por uno de los testigos de las reuniones del partido comunista salvadoreño de 1931 y 1932. El corazón debió darle un vuelco cuando leyó el contenido.

El partido en esa época estaba sumido en una serie de discusiones interminables, que habían provocado una disminución de su influencia. Además, poseía muy pocos miembros. Ching concluyó que el movimiento campesino no fue dirigido por los comunistas, sino que otras fuerzas habían causado la explosión social en el occidente nacional, en las tradicionales zonas cafetaleras.

Cuando leí el artículo de Ching sobre el tema, hace varios años, sentí que me caía de la silla. Desde la escuela se nos había enseñado la versión oficial, que repetía la historia del liderazgo del partido comunista. Según los documentos almacenados en Moscú, Farabundo Martí mantenía fuertes discusiones con algunos de los miembros de la cúpula. No hay duda de que es necesario revisar la visión que tenemos de esa época.

20.1.06

Catedral de Santa Ana



Mañana se cumplen 100 años del inicio de las obras de construcción de la Catedral de Santa Ana. Sus primeros patrocinadores deseaban reemplazar la vieja iglesia parroquial de esa ciudad, que se había deteriorado con el paso del tiempo.

El estilo del edificio es mixto, aunque el predominante es el gótico. Al inicio de su construcción se había pensado en convertirla en la nueva iglesia parroquial, pero en 1913 fue consagrada como Catedral. Actualmente se encuentra en reparación, pues sufrió algunos daños en el terremoto del 13 de enero de 2001.

Al inicio del siglo XX, Santa Ana era una ciudad que recibía la inyección constante del capital proveniente de algunas de las familias cafetaleras más ricas del país. Gracias a esta bonanza, pueden disfrutarse edificios muy hermosos en el centro histórico, como el Teatro y la Alcaldía. Junto a la catedral forman un bello conjunto arquitectónico en el parque central.

En el año 2001, la Asociación Pro-Patrimonio Cultural de Santa Ana (APACULSA), recibió el Premio Nacional de Cultura, por su labor en favor del mejoramiento del centro histórico mejor conservado del país. Y es que caminar por las calles del centro de Santa Ana es una delicia. Se respira un aire de urbanismo que se ha perdido en San Salvador.

19.1.06

Rompecabezas

Claudia Hernández dijo ese día que la realidad en ocasiones supera a la ficción, y como ejemplo contó que unos perros pasaron frente a su casa. Cada uno llevaba distintas partes del cuerpo de una persona entre sus fauces: un pie, una mano, un brazo, otro pie.

Lo que nunca le dije a Claudia fue que esos perros me estaban haciendo un favor. Tenía mucha vergüenza de pasar junto a ella sin tener nada lindo que decirle, así que los perros me despedazaron y me llevaron pieza por pieza fuera de su barrio. Los más grandes cargaron con mi tronco y piernas, dos canes robustos llevaron mi cabeza. Ella vio a los amigos rezagados, que se distrajeron orinando en algún árbol, o mirando mosquitos en la llanta de un auto.

Es hasta este momento que confieso a Claudia mi falta de cortesía, pero cometí una afrenta mayor contra esos hermanos tan amables: cuando volví a ser uno, no pude despedirme de manera apropiada. Había olvidado cómo dar las gracias en perruno.

17.1.06

Wijk aan Zee



Nuevamente ha llegado la ocasión de disfrutar de uno de los torneos más fuertes de ajedrez a nivel mundial, que se desarrolla en la ciudad holandesa de Wijk aan Zee. El Corus Chess 2006 ya lleva unas cuantas rondas en este momento.

En realidad Wijk aan Zee desarrolla varios torneos al mismo tiempo, en los que se agrupan a los participantes por su puntuación. En el más fuerte se encuentran, entre otros, el campeón mundial Veselin Topalov, el hindú Viswanathan Anand y otros grandes nombres del ajedrez mundial: Levon Aronian (reciente ganador de la copa mundial), Peter Leko, Vassily Ivanchuk, etc.

Después de finalizada la cuarta ronda, Topalov y Anand comparten la primera posición con tres puntos cada uno. Les siguen Boris Gelfand e Ivanchuk, con 2 1/2 puntos. El campeón mundial Topalov sufrió una derrota contra el inglés Michael Adams en la segunda ronda, pero ha reaccionado muy bien y en la cuarta ha alcanzado a Anand.

En la primera fotografía observan a Sergey Karjakin, de Ucrania. Alcanzó el título de gran maestro a los doce años (el más joven en la historia). Acaba de cumplir dieciséis y participa por primera vez en el torneo de los jugadores más fuertes. En la segunda foto, sentado frente al tablero, se encuentra Magnus Carlsen, de Noruega. Es el gran maestro más joven en la actualidad. Acaba de cumplir quince años. Participa en el torneo B.

16.1.06

Desde la Plaza Cívica

Ese día, 16 de enero de 1992, tenía mucho trabajo en la oficina. A pesar de que el gobierno había decretado feriado, no podía darme el lujo de quedarme en casa. Fui al banco durante la mañana. Esperaba terminar antes del mediodía.

Estaba frente a mi computadora junto a dos compañeros más que también trabajaban pese al feriado, cuando uno de los vigilantes del banco nos dijo que en la Plaza Cívica, frente a nuestro edificio, la guerrilla y muchos de sus simpatizantes habían armando un carnaval. Nunca se me cruzó por la mente que esa posibilidad podía ocurrir.

Subimos a la azotea y encontramos un mar de banderas rojas. La Catedral y el Palacio Nacional lucían ataviados con grandes mantas y carteles. En la calle, las personas vestían con camisas rojas, del mismo color que sus pañoletas. Se armaba una tarima en la que habría una variedad artística, mezclada con discursos políticos. Era la primera vez desde que había iniciado la guerra civil en la que simpatizantes del frente se manifestaban en la capital sin temer la irrupción de la policía o el ejército.

Sabía que observaba un acontecimiento histórico. Mientras en Chapultepec el gobierno y la guerrilla firmaban el acuerdo de paz que marcaba el fin de la guerra civil más destructiva de la historia nacional, muchos se preparaban para celebrar sin tener que esperar amnistías. Cuando salí a tomar el bus miré a una pareja con pañoletas rojas al cuello, que caminaba sin temor con sus hijos. Todos estaban felices. Yo observaba ese cuadro sin comprender. Diez minutos antes estaba sentado frente a una computadora, ajeno a lo que ocurría a mi alrededor.

Mi familia observaba por televisión la firma del acuerdo de Chapultepec. En todas las casas vecinas nadie perdía detalle. Yo pude ver el momento de la firma, los saludos entre los integrantes de ambos bandos y el aplauso de la multitud. La emoción era notoria, tanto en México como en nuestro país.

A veces me pregunto qué se hizo todo esa energía positiva que se percibía hace 14 años. Hoy por la mañana he leído que el gobierno no tenía programada ninguna actividad en recuerdo de la firma del acuerdo de paz, porque considera finiquitados los compromisos que aceptó entonces (¿?). La antigua guerrilla aprovechó este día para agudizar su campaña política (faltan apenas dos meses para las elecciones al nuevo congreso). La mayoría de la población sigue sus vidas, pues el trabajo continúa y hay que llevar el pan al hogar.

13.1.06

13 de enero de 2001. 11:35 a.m.

Había buscado durante media hora esa librería de viejo que un amigo poeta me recomendó, ubicada en el centro de San Salvador. No puse la suficiente atención cuando me explicaron el rumbo. Dejé mi carro cerca de una conocida fábrica de dulces y caminé por varias cuadras, preguntando por el lugar que buscaba. Nadie parecía conocerlo.

Cuando estaba a punto de rendirme la encontré. De haber sido más cuidadoso al escuchar las indicaciones la habría hallado sin demora. Entré y me dediqué a buscar por las mesas y estantes. No deseaba un título en especial, sino que estaba a la caza de cualquier joya que pudiera descubrir.

Tenía en mis manos un título de Manlio Argueta y uno de Álvaro Menén Desleal cuando, con la sorpresa de siempre, la tierra comenzó a temblar. Miré hacia los estantes que me rodeaban. Los libros comenzaron a caerme en la cabeza. Tuve miedo de quedar aplastado. El local es parecido a un túnel, largo y oscuro. Corrí hacia la puerta, pero me quedé en el umbral. No me atreví a bajar a la acera.

Una señora estaba cerca de mí. Con su cuerpo protegía a su hija, que estaba pegada a la pared con el miedo metido en el alma. El dueño de la librería no salió. Estaba de lo más tranquilo en el fondo del local. Su mercancía tapizaba el suelo. Algunos títulos habían caído fuera del negocio y se apiñaban en la acera. El tráfico se detuvo. Apenas había un microbús varado a mitad de la calle. Su conductor no se atrevía a moverse. Eran las 11:35 a.m.

Casi un minuto después, según calculé, la tierra se calmó. Vi a la señora junto a mí y le dije: "¡qué temblor tan fuerte!". El dueño del local se jactaba de no haberse asustado. Lo ayudé a recoger los libros que habían caído fuera del negocio. Le pedí que me cobrara los dos que llevaba y pidió quince colones. No quería que le pagara con dólares, porque dijo que ésa no era su moneda. Así fue que me despedí de los últimos colones que tenía.

Caminé en busca de mi carro, y en el trayecto observé a toda la gente que había salido de los edificios. Apenas había vidrios quebrados y unas macetas caídas. Pero, cuando llegué a mi vehículo, encontré que una de las casas cercanas tenía una grieta gigantesca en la fachada. En un negocio de comida se habían volteado todos los recipientes, y la dueña se empeñaba en limpiar el desastre con sus empleadas.

Por un momento pensé que era mejor almorzar en el centro y esperar que el previsible congestionamiento de tráfico se despejara. Preferí no hacerlo. Decidí marcharme a mi casa, y no a la de mis padres. Pensé que sería mas fácil llegar y luego podría comunicarme por teléfono.

Tal y como lo había esperado, el congestionamiento fue mayúsculo. En la radio sólo funcionaban un par de emisoras, que lanzaron las primeras noticias para el conocimiento del público. La mayoría de conductores escuchaba la misma emisora que yo. Desde el volante observé el cráter del volcán de San Salvador, y sobre él una gran nube de polvo que se había levantado. Ahí me di cuenta que el movimiento tenía proporciones de terremoto.

Una hora y media después llegué a mi casa. Salvo una lámpara y una puerta de vidrio hechas polvo, en realidad no hubo destrozos. Hablé con mi mamá y me contó que todos estaban bien, que ya había pasado el peor susto. Sólo funcionaba un teléfono en mi calle, y los vecinos se turnaron para llamar a sus familiares. No había energía o agua, y los celulares no tenían señal. Para colmo, mi radio de transistores se había arruinado. No se me ocurrió escuchar alguna emisora en mi carro.

Como a las tres de la tarde me fui al trabajo, para ver si todo se encontraba bien. La oficina quedaba a diez minutos de mi casa. Los vigilantes del edificio no me dejaban pasar, pero llegó el jefe de mantenimiento y me dio permiso, junto a un colega que también se presentó. Ahí el desorden era mayor. Avisamos a la casa matriz en el único teléfono que funcionaba y nos pidieron que dejáramos todo y nos fuéramos a casa.

Los vecinos no se atrevían a entrar a sus casas. Se quedaron en la calle o en sus carros. Yo me quedé platicando con algunos de ellos hasta las seis. En ese momento se restableció la energía. Entré a mi cuarto y encendí la televisión. Fue hasta entonces, siete horas después del sismo principal, que me di cuenta de la tragedia que había ocurrido en el barrio La Colina de Santa Tecla. Más de 500 personas murieron por el alud que bajó de la montaña vecina. Desde la ventana de mi habitación pude ver al día siguiente la fractura en la ladera.

Dormí en mi cama, alterado sólo por las réplicas que se presentaban con inquietante frecuencia. Los periódicos del domingo tenían en su portada la fotografía del derrumbe en Santa Tecla, la ciudad que 150 años atrás fue edificada con el objetivo de trasladar ahí la capital, pues San Salvador es golpeada por un terremoto cada veinte años. El cambio quedó sólo en proyecto, y la naturaleza mostró que no hay sitio seguro cuando se han dejado de lado las mínimas medidas de prevención.

12.1.06

Wilm Hosenfeld

En la nota de ayer se me olvidó añadir a un personaje importante en la historia de Wladyslaw Szpilman. Me refiero al militar alemán que descubrió al pianista y lo protegió mientras estuvo a cargo del sector que tenía asignado.

El capitán Wilm Hosenfeld, tal y como se informa al final de la película de Polanski, murió en un campo de concentración ruso en 1952. Su esposa buscó a Szpilman para que intercediera por él, pero la burocracia y quizá la mala leche contra Alemania en esa época conspiraron para que no pudieran salvarlo de la prisión.

Hosenfeld no sólo ayudó a Szpilman. También encubrió a otros judíos y a un sacerdote. De igual manera, es seguro que muchas personas que portaron el uniforme nazi se sintieron asqueados por la política del gobierno alemán contra las minorías.

Se dice en nuestro país que aún no se ha escrito la novela de la guerra civil, o sea, la que refleje de manera sobresaliente la atmósfera, ideología y crisis reinante de ese período. No creo que debamos impacientarnos. Polanski elaboró una espléndida cinta basada en el libro de Szpilman. Alemania ha parido hace poco tiempo una película tan importante como La caída, sesenta años después del fin de la segunda guerra mundial. Me atrevería a decir, coincidiendo con un amigo, que el autor de dicha novela que esperamos aún no ha nacido.

11.1.06

Wladyslaw Szpilman

Cuenta Andrzej Szpilman que en su niñez encontró en casa un libro que le llamó mucho la atención. Resulta que el nombre de su padre estaba en la portada. Así es, Wladyslaw había escrito su terrible aventura durante la segunda guerra mundial, pero en su nativa Polonia la narración fue considerada políticamente incorrecta -por dejar en entredicho la conducta de ciertos sectores polacos y rusos durante el conflicto- y no se le otorgó la atención debida.

Con el correr de los años Andrzej se mudó a Alemania y se esforzó por dar a conocer la obra musical de su padre, como intérprete de piano y compositor de conciertos y canciones. También logró publicar en alemán el libro que había visto en su casa muchos años atrás. Dividió su tiempo entre la devoción a Wladyslaw y su profesión de dentista.

El reconocimiento llegó pocos años después, cuando un agente literario en Inglaterra se interesó por el libro que relataba los sufrimientos del sobreviviente del ghetto de Varsovia. Este agente, que por casualidad es el mismo que representa a J. K. Rowling -la creadora de Harry Potter-, se encargó de la traducción al inglés. El éxito fue inmediato. A nivel mundial las ventas fueron asombrosas. Casi cuarenta años después de la primera publicación se le había hecho una justa recompensa al autor.

Pero aún faltaba algo. Dos años después de la muerte de Wladyslaw, un director llamado Roman Polanski adquirió los derechos para llevar el libro al cine. La historia fue vista en todo el mundo, y obtuvo tres premios de la Academia -uno de ellos para Polanski-. Andrzej estuvo presente durante la premiación.

Hace unos días vi de nuevo la película y coincido con muchos acerca de que es la mejor cinta que conozco sobre el holocausto judío. Quizá la Lista de Schindler nos mostró el horror del exterminio, pero El Pianista nos dejó claro lo absurdo, irracional e inmoral que fue aquel capítulo de la historia humana.

10.1.06

Tiempos de locura

Hoy asistí a la presentación del libro Tiempos de locura, escrito por nuestro amigo Rafael Menjívar Ochoa. Es una investigación patrocinada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), que estudia los hechos ocurridos en nuestro país entre 1979 y 1981.

La presentación del libro ha coincidido, muy a propósito, con la fecha que los historiadores atribuyen al inicio de la guerra civil. En efecto, la llamada ofensiva final de la guerrilla comenzó el 10 de enero de 1981, hace 25 años. Fue la culminación de un período turbulento, que comenzó con el golpe de estado del 15 de octubre de 1979.

A propósito de esta convención, creo que es difícil decir cuándo comenzó este período de nuestra historia. Algunos mencionan que la guerra civil comenzó a mediados de los setenta. Otros que a mediados de 1980. Sin embargo, es de suponer que conforme pasen los años sea el 10 de enero la fecha que más se utilizará. Es el día en que se lanza la primera gran ofensiva, y cuando ya no es posible negar la dimensión que había alcanzado el conflicto sociopolítico.

Para quienes estén interesados en adquirir este libro, y que no vivan en el país, les recomiendo que se comuniquen con FLACSO. En las librerías nacionales será puesto a la venta en los próximos días.

Ojalá que este libro sea el primero de una serie de trabajos que profundicen en el análisis de las causas de la guerra civil. Uno de los ponentes mencionó que el acuerdo de Chapultepec fue la base para la nueva fundación del país. Es por esto que el estudio científico de los últimos 25 años es tan importante. Debe ayudarnos para saber hacia dónde vamos, porque en ocasiones parece que nos estamos mordiendo la cola y giramos sobre un mismo ladrillo.

6.1.06

Día de Reyes

Desde que tengo memoria, en la Tierra de collares no se hace alguna fiesta popular el Día de Reyes. No es como en Rusia (Navidad) , España (se entregan obsequios a los niños) o México (se come la famosa rosca de Reyes).

Que yo sepa, la única celebración importante que hacemos en este día es la de entregarles obsequios a los niños internados en los hospitales. Hace varios años era la comunidad española la que se encargaba de ello. Los tres Reyes vestían con sus atuendos orientales y visitaban a los chiquillos.

Todavía recuerdo una foto de hace muchos años, en blanco y negro, que apareció en un periódico. Los Reyes llegaron al hospital de niños y repartieron sus regalos. Lo que me llamó la atención es que los Magos observaban fijamente a la cámara. Baltazar se puso bastante betún negro en la cara, pero alrededor de los ojos había dejado un margen prudencial para no sufrir una infección.

Cuando era niño no podía entender cómo habían hecho María y José para aguantarse dos semanas en el pesebre donde nació Jesus. Me explico: el niño nació el 24 de diciembre a la medianoche, y los magos lo visitaron el 6 de enero. Fue uno de los grandes misterios de mi infancia.

5.1.06

Poemas de Kavafis

La ciudad

Dijiste: "marcharé a otra tierra, marcharé a otro mar.
Habrá de hallarse en algún sitio una ciudad mejor.
Mas cada intento mío está condenado al error;
sepulto -como muerto- el corazón.
Y cuánto va a durar mi mente en esta confusión.
Dondequiera que mire, que vuelva mis ojos,
sólo veo aquí de mi vida los despojos,
y tantos años que pasé y perdí en este lugar.

Lugares nuevos no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad irá tras de ti. En sus calles pasearás,
las mismas, y en los mismos barrios envejecerás,
se te verá en estas casas acabarte.
Y siempre llegarás a esta ciudad. Para otra parte
-no esperes- no hay barco ya, ni senda para ti.
Lo mismo que tu vida la perdiste aquí,
en esta esquina, la perdiste en todos los lugares.



Tumba del gramático Lisias

En la biblioteca de Berito, justo al entrar
a la derecha, dimos sepultura
al sabio Lisias, el gramático. Apropiado lugar.
Lo colocamos junto a aquello que aún allí
tal vez recuerda -comentarios, textos y escrituras,
tomos de erudición de helénica cultura.
Veremos y honraremos, además, su tumba así,
cuando vayamos en busca de lectura.



Vuelve

Vuelve a menudo y llévame contigo,
dilecta sensación, regresa y llévame contigo
cuando el recuerdo del cuerpo despierta
y el antiguo deseo retorna a la sangre,
cuando los labios y la piel recuerdan
y sienten las manos que vuelven a tocar.

Vuelve a menudo y llévame, de noche,
cuando los labios y la piel recuerdan...

4.1.06

La venganza del pirata

Debido a la entrada en vigor del tratado de libre comercio entre la Tierra de collares y Estados Unidos, los vendedores de música y películas ilegales hicieron una venta de cierre en los últimos días de diciembre. Había rebajas del cincuenta por ciento en los productos. Los vídeos, que normalmente valían dos o tres dólares, se vendían por uno.

En ciertas calles, donde había puestos de venta muy surtidos, ahora sólo tienen espacios vacíos. Los pocos vendedores que aún se atreven a trabajar intentan deshacerse de sus existencias lo más pronto posible. Dentro de una semana la policía podrá incautar todo producto pirata sin necesidad de que alguien interponga una demanda, como hasta el año pasado ocurría.

Los clientes que aprovecharon la liquidación de fin de año se llevaron una pequeña sorpresa: antes de comenzar a disfrutar de sus películas observaron en sus pantallas un aviso de los vendedores del gremio, condenando al partido del gobierno y a sus aliados por aprobar las leyes contra la piratería. Como en 2006 habrá una elección para el nuevo congreso, unos y otros han aprovechado esta inusual forma de protesta para tirarse lodo a la cara.

El partido oficial dice que las agrupaciones de izquierda están organizando a los vendedores de productos ilegales para provocar desórdenes e ingobernabilidad. Por contra, los partidos de izquierda dicen que estas personas no tienen otra opción, pues la política económica los ha dejado sin empleo fijo. En fin, que todos se gritan y parece que nadie en realidad se solidariza con los que tienen hambre.

Que yo sepa, es la primera vez que ocurre este tipo de protesta "electrónica". Los vendedores dicen que hay otros países donde se han llegado a arreglos con las compañías trasnacionales para pagarles un pequeño porcentaje en compensación. Dudo que eso ocurra en nuestro país, pues los empresarios formales alegan también que sufren por la competencia desleal.

3.1.06

Modorra

San Salvador amaneció ayer con modorra. Cuando iba manejando para la oficina encontré las calles vacías, y muchos negocios estaban cerrados. Parece que no se resignaron a que el 1 de enero cayera en domingo, y decidieron otorgar un día de permiso.

Lo que no observé ayer fue si se habían formado grandes colas en los bancos. Por lo general, luego de las vacaciones la gente se queda sin plata -en la tierra de collares le decimos "pisto"-. A los cajeros automáticos se les acaban los fondos y los clientes sacan de sus cuentas dentro de las agencias.

Las calles estaban relativamente limpias, sin tantos papeles provenientes de las quemas de pólvora. De hecho, cada año se distribuye menos de este producto. Parece que la publicidad en contra, las noticias de niños quemados, y el alto costo de adquisición los están condenando a desaparecer -lo que, por cierto, me alegra.

Hoy por la mañana he encontrado más tráfico, pero parece que todavía no arrancamos del todo. Quizá mañana vuelvan los queridos y añorados embotellamientos.