16.11.05

16 de noviembre de 1989

Ese día, a casi una semana de iniciada la ofensiva de la guerrilla sobre San Salvador y otras ciudades, mi hermana me dijo con mucha angustia que estaban anunciando por televisión que habían asesinado al rector de la UCA. Al principio creí que se trataba de una más de las agresiones verbales que la cadena radial del gobierno permitió que se transmitieran sin ninguna reserva.

Ahora estoy convencido que esas agresiones -incluida la del vicepresidente de entonces, Francisco Merino- envalentonaron a los militares que planearon el asesinato del Padre Ignacio Ellacuría y su comunidad pastoral. Minutos después de que mi hermana me diera la noticia, los canales de televisión transmitían las primeras imágenes. La absurda censura del gobierno prohibió que se profundizara en la información, pero desde el principio todos los que atacaron por radio a la comunidad jesuita se distanciaron de los criminales, diciendo que "las ideas deben combatirse con ideas".

No recibí clases con ninguno de los sacerdotes asesinados. Sólo asistí como oyente a la clase de ética del padre Amando López. Lo recuerdo con su chumpa sobre los hombros mientras hablaba, los brazos cruzados, el tono de voz enérgico. Tenía unos cien alumnos, que se mantenían muy atentos a sus palabras. Fue durante el segundo ciclo del año 89, el que no logró terminar.

Dejo aquí un enlace al especial que la UCA preparó en su página de Internet. Pueden leer, por ejemplo, una crónica del día de la masacre. Ahí hay detalles que aún hoy, a dieciséis años del caso, me siguen causando escalofríos. La dimensión de la conjura es apabullante.

3 comentarios:

Unknown dijo...

El coronel Guillermo Benavides y el Teniente Yushi Mendoza fueron condenados a 30 años de cárcel en septiembre de 1991. Sin embargo, al final de la guerra civil, el gobierno decretó una amnistía general y fueron liberados. Apenas pasaron unos meses en prisión.

La Compañía de Jesús ha hecho muchos esfuerzos para que los autores intelectuales del crimen sean juzgados. Pero en el país las filas se han cerrado para no enviar a nadie más a juicio. No sería extraño que se presentara una demanda de justicia en la OEA o en España, de donde eran nativos la mayoría de los sacerdotes.

Anónimo dijo...

All I can think of when I think of this war, is how horrible my country was to support it for so long. But I'm apolitical and so this is posted anonymously.

Unknown dijo...

Thanks for your visit. I hope we'll never see a war like this in our country again.